Doble Pérdida
Esta mañana una señora caminaba con las piernas chuecas,
corría, iba de prisa persiguiendo a un caballo que le quitó su bolso. En él
sonaba su celular sin parar y quién llamaba era nada más y nada menos que el
amigo de su novio con la intención de informarle sobre la muerte de su amor,
quién se cayera en el pozo del vecino tratando de sacar una rana que se había
robado el boleto ganador del Kino. La premura de la llamada era para
preguntarle qué ataúd quería comprar.
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